La transición hacia el modelo editorial digital se está dejando notar en Estados Unidos. No en vano, se trata de un negocio asentado, con unas cuotas de mercado que rondan el 30 %. Otra prueba del cambio, es la transformación que está sufriendo la práctica de la lectura entre los más pequeños de la casa. Y es que, según una encuesta de la editorial de libros infantiles Scholastic Inc, publicada en The New York Times, un 46 % de los niños entre 4 y 16 años leyeron libros digitales en 2012, lo que supone un incremento de casi el doble respecto a 2010, año en el que solo el 25 % de los pequeños eran lectores digitales.
No obstante, este incremento no se traduce en un deseo de leer más. Y es que, en el caso de las chicas, el número de lectoras frecuentes ha disminuido del 42 % al 36 %, motivado en parte, en la franja de edad de los 12 a los 17 años, por un mayor uso de las redes sociales y los teléfonos inteligentes por parte de las niñas y las adolescentes; mientras que en el caso de los chicos, la cifra se mantiene estable con un 32 % de lectores frecuentes.
En esta línea, una de las aportaciones más interesantes del estudio es su detección de los e-books como estimulares del hábito de la lectura. Basa esta conclusión en que al 57% de los pequeños encuestados que aún no han leído un e-book les gustaría leer un libro en formato electrónico y en que la mitad de los niños reconocieron que leerían más si tuvieran mayor acceso a los libros electrónicos.
Pese al creciente interés por el formato digital, los libros impresos siguen siendo los favoritos. Así, el 58 % asegura que continuará leyendo en papel pese a tener mayor acceso al formato digital, siendo además los títulos impresos los elegidos por los niños para leer antes de dormir. Como en el caso de los adultos, parece que la tendencia actual está en la convivencia de ambos formatos.